miércoles, 26 de enero de 2011

Huelga General mañana 27 de enero


Mañana se convoca Huelga General principalmente en Euskal Herria, Catalunya y Galiza. No obstante, mañana se producirán manifestaciones y actos en apoyo a esas huelgas y, en general, contra la Reforma Laboral y la política neoliberal del Gobierno del PSOE, obstinado en recortar los derechos más básicos de la clase trabajadora, en prácticamente todo el Estado Español. En este enlace se recogen la mayoría de las ciudades donde se producirá algún tipo de manifestación.

No puedo más que instar a todos los ciudadanos del Estado que mañana acudan a cualquier punto en que la clase obrera se manifieste. Debemos de hacer ruído y armar la marimorena si queremos que nuestras consignas se escuchen en los palacios de nuestros gobernantes.

Por cierto, si mañana os encontráis gente de UGT o CCOO, que es poco probable, no tenéis que echaros para atrás de la tirria, lo aconsejable es gritar "vosotros reformistas, sois los terroristas".

¡¡Llegó la hora del sindicalismo alternativo!!

La ignorancia es el sustento de los politicastros


El Che decía algo así como que un pueblo que no sabe ni leer ni escribir es fácil de engañar. Especialmente dramático es el ejemplo español, cuya juventud sólo ha salido a la calle de forma unánime y decidida cuando marcó Iniesta. Bueno, rectifico: también sale en cada Fiesta de Primavera y en cada pique provincial de macrobotellanos.

Es este estado de ignorancia e indiferencia el principal sustento de los ladrones de arriba que nos someten a la explotación, el paro y la miseria. Estos ladrones están exentos de cualquier responsabilidad o justicia, ya que la pasividad de la población media española lo permite: pueden decretar ocho reformas laborales cada cual más infame, que aquí no pasará nada. No se harán huelgas en condiciones, no arderán BMW's, no se romperán las cristaleras de los bancos, no se ocuparán televisiones, no...

Los principales culpables del alienamiento de la masa borreguil son los medios de comunicación. Gracias a la encomiable tarea de distraer y desinformar, éstos pueden echar una mano al Gobierno cuando lo precise mediante cortinas de humo y silenciando a los disidentes (aunque bueno, seríamos disidentes si fuéramos cubanos, aquí somos temidos antisistema). ¿Televisión pública? ¿De izquierdas? Ni una. Y ya sabéis: si no nos prevenimos y prevenimos a los nuestros, los medios de comunicación harán que amemos al opresor y odiemos a los oprimidos.

El resultado hiriente de esta situación es el siguiente:

domingo, 23 de enero de 2011

Txabi Etxebarrieta dijo...

"[...] lo que afirmamos categóricamente es que hoy, ahora, aquí, el que quiere hacer algo por la liberación del Pueblo Vasco no tiene más remedio que arriesgarse. Y aquel que no quiera arriesgarse a nada es que nada quiere hacer por su pueblo y, por tanto, está apoyando al opresor. Nadie está al margen de la política: o se hace la política del oprimido o se hace la política del opresor, aunque sea pasivamente." 

 Txabi Etxebarrieta en 1969 a propósito del Aberri Eguna. Para leer el documento, digitalizado por EHS, pincha aquí y aquí.

jueves, 13 de enero de 2011

Semejanzas entre la "democracia" española y el autoritarismo tunecino


Esta semana andamos estudiando en Conceptos y enfoques los modelos de democracia (en términos burgueses, es decir las democracias capitalistas, ambos términos antagónicos). Para ello, ponemos ejemplos de cada uno de los modelos (liberal, democrático-participativo, pluralista-competitivo y sucedáneos) para luego compararlos entre ellos, con autoritarismos y totalitarismos. La profe distinguió entre totalitarismo, autoritarismo y democracia, definiendo al segundo como una mezcla "híbrida" entre el primero y el tercero, producida por un período de transición de totalitarismo a democracia truncado o no desarrollado. Automáticamente uno realiza un esquema mental e identifica al franquismo como totalitarismo, a la transición como proceso truncado por el gatopardismo y, como resultado, al actual régimen español con el autoritarismo: un régimen con las mismas instituciones obsoletas (y cargos, véase el actual Jefe de Estado o ex-ministros franquistas como Manuel Fraga) del totalitarismo franquista, y con algunas de las características de la democracia pluralista-competitiva, como por ejemplo elecciones libres y plurales.

La profe, con su particular halitosis a socialdemocracia, se ciñó al modelo pluralista-competitivo, es decir, a cualquier democracia occidental como la española, y dados los sucesos actuales tunecinos, puso de ejemplo de autoritarismo a dicha república. Esta comparación le pareció bien al baboso de primera fila que asiente con la cabeza incluso cuando la profe estornuda, por lo que siguió en su desarrollo.

Empezó diciendo que los principales protagonistas de las revueltas tunecinas son los estudiantes, principalmente por dos razones: la primera porque carecen de salida laboral y la segunda porque una de las chispas que prendió la revuelta estudiantil fue la inmolación del graduado y desempleado Muhammad Bouazizi[1]. Mientras la profe describía con ahínco la desastrosa situación laboral de los graduados, yo me preguntaba por qué no hacía lo propio con la desastrosa situación laboral de los graduados aquí en España. Más que nada porque su clase está repleta de jóvenes con la esperanza de trabajar después de estudiar. Ni una palabra, y eso que aquí "los graduados que siguen viviendo con sus padres cinco años después de acabar los estudios superiores representan casi el 40 por ciento"[2] y "sólo el 50 por ciento declara que volvería a estudiar la misma carrera en la misma universidad "[3].

La profe describió la represión policial a dichas revueltas como algo propio de un autoritarismo, y razones no le faltan, pues se cuentan por más de veinte las bochornosas muertes de los manifestantes a manos de las Fuerzas de un Estado legitimado y felicitado por Occidente, sus democracias, su Banco Mundial y su FMI[4]. Automáticamente, pero salvando las distancias y entiendo que el grado de autoritarismo -"fascitización"- es directamente proporcional al del activismo revolucionario, mi mente se fue a Barcelona y visionó a los estudiantes cargados de libros siendo golpeados por los mossos d'esquadra a mamporrazo limpio mientras protestaban por el Plan Bolonia. Por suerte no hubo muertes pero cabe preguntarse de qué sirve manifestarse -pacíficamente- si a lo único que aspiras es a que te llenen el cuerpo de moratones. Que nos digan desde un principio que las leyes y medidas tomadas por los de arriba son inamovibles e incuestionables, que nuestra opinión no cuenta. Claro que eso supondría honestidad y desenmascaramiento, y eso no conviene.

A continuación la profe nos habló de un aspecto clave a la hora de distinguir entre autoritarismo y democracia: la libertad de expresión. Nos dijo que, como otros tantos, también se infringe ese derecho en la República Tunecina[5], aunque nos puso de ejemplo otro autoritarismo más cercano: el marroquí. Nos contó que allí se han detenido a varios jóvenes por cometer delitos tales como llevar banderas en el móvil del Sáhara o hacerse un perfil en Facebook con el nombre del Rey. Puntualizó que eso jamás podría pasar en una democracia como la nuestra. Automáticamente se me viene a la cabeza la portada de El Jueves, que costó a sus dos dibujantes 3.000 € a cada uno por dibujar al Príncipe y su esposa en pleno acto sexual[6], o el rapero que por insultar al Rey y a la Guardia Civil fue condenado a pagar una multa de 1.440 €[7], o el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, condenado a pagar una multa de 6.840 € por llamar "corrputo" e "hijo de crápula" al Rey[8]. A continuacion saqué unas cuantas reflexiones sobre esta cuestión: la primera es que algo habrá hecho el Rey para que se metan tanto con él. La segunda es que creo, y digo creo, que si no pagas una multa de más de 3.000 € vas a la cárcel por llamar a las cosas por su nombre, por mucho procedimiento judicial que haya de por medio. La tercera es que la profe debería de haber explicado la bendición occidental y concretamente española hacia el autoritarismo marroquí, cuyo Rey es amigo del nuestro. La cuarta es que podríamos seguir contando denuncias y multas pero está más claro que el agua que aquí hay libertad de expresión para mentir o callar: en el momento en que radicalizas (el término radical, que los burgueses usan despectivamente, significa consecuente) tu discurso estás condenado al ostracismo, a la marginación y criminalización o, en el peor de los casos, a la Audiencia Nacional.

La profe prosiguió en su comparación describiendo los derechos políticos, tan importantes como los derechos civiles, ambos violados en la República Tunecina, a pesar de que, como en las democracias occidentales, hay elecciones, en el caso tunecino cada cinco años[9]. Nos dijo que se están violando especialmente en estos momentos de tensión, en los que hay represaliados políticos. Por ejemplo, el 12 de enero fue detenido el portavoz del Partido Comunista de los Obreros de Túnez, Hamma Hammami[10]. Nos dijo que la diferencia entre un autoritarismo y una democracia es que el primero juzga los ideales, y la segunda juzga los hechos. Rápidamente se me vino a la mente la inmortal imagen en la Audiencia Nacional del Camarada Arenas, cuyos órganos de expresión -y de su partido- han sido prohibidos por el Gobierno[11], igual que el diario Alternatives de Hammami en Túnez. El Camarada, como otros tantos del PCE(r), arrastra una condena bochornosa de años a pesar de que no tiene un sólo delito de sangre. También se me vino a la mente Arnaldo Otegi, que está en la cárcel por dar un mitin, es decir, por hacer política. O las decenas de organizaciones ilegalizadas por hacer política[12], o medios de comunicación ilegalizados por hablar en euskera, como en el caso del Egunkaria, que tras siete años de cárcel, la misma Audiencia Nacional absolvió a sus trabajadores, ya que "las acusaciones no han probado que los procesados tengan la más mínima relación con ETA"[13]. Pero, ¿quién devuelve los años de cárcel y los agravios producidos por una represión política ejercida a todo aquel que se salga del redil establecido? ¿Acaso una democracia, un Estado de Derecho, permitiría la persución y el encarcelimiento de ideas políticas? Llegué a la conclusión de que hay demasiadas cuestiones que toda alma inquieta debería intentar resolver.

Mientras la profe nos contaba las maravillas de nuestra democracia, con el asentimiento del baboso de la primera fila, como la pluralidad y la diversidad política, una joven levantó la mano y dijo: "Pero... Por mucho que yo pueda votar, sólo tengo la oportunidad de escoger PP o PSOE, que a fin de cuentas son prácticamente lo mismo". La profe, sorprendida ante una cuestión tan fácil y evidente, tuvo que merodear e irse por los cerros de Úbeda para acabar soltando un rollo que no venía al caso para distraer la atención del alumnado y esquivar la cuestión. Pero la cuestión es que el sistema mayoritario español, apoyado en la injusta Ley de Partidos, fomenta y potencia el bipartidismo, perjudicando a la manida pluralidad, a los partidos pequeños, llegando a cometer la tropelía de valorar más un voto a un partido grande que a un partido pequeño. ¿Qué diversidad y pluralidad hay cuando mi voto cuenta menos que el de mi profe? Además, ¿qué diversidad y pluralidad hay cuando los partidos pequeños son condenados al ostracismo, a la marginación, ya que los grandes medios pertenecen a los grandes partidos que a fin de cuentas resultan ser el mismo? ¿Y cuando algunos partidos son ilegalizados, qué diversidad y pluralidad hay? Tener la oportunidad de escoger la salsa con la que seremos engullidos no es ni pluralidad ni diversidad ni democracia, sino legitimar nuestro propio engullimiento.

Gracias a Cronos se acabó el tiempo y terminó la clase. Mi profe debería estar contenta: ahora sé diferenciar entre un autoritarismo y una democracia; ahora sé diferenciar entre una democracia y el régimen español.

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[3] Ibídem










jueves, 6 de enero de 2011

Me voy a Marinaleda


Mañana, salvo catástrofe, parto a Marinaleda, ese pueblecito de Sevilla tan famoso por su historia. Me voy mañana viernes y volveré el domingo, por lo que el blog permanecerá desatendido durante tres días. Espero que no me echéis mucho de menos... Para compensaros os traeré muchas fotos y seguro que algún que otro relato-crónica interesante. Lo mismo hasta me dejo llevar por la euforia -y el alcohol- y me cuelo en el ayuntamiento en busca de algún testimonio, quién sabe. Lo que está claro es que, llueva o nieve, me lo pasaré bien y disfrutaré de unos esperados días de vacaciones (los proletarios estudiantes no tenemos).

Para el que no lo sepa, Marinaleda es un pueblo famoso por su historia como pueblo combativo y luchador, de izquierda. Desde las primeras elecciones "democráticas", está gobernado por Izquierda Unida (CUT-BAI, de lo poco que no desprende un hedor a pasado de la coalición; prueba de ello es que han sido amenazados con la expulsión de dicha coalición) y su alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo, destaca por ser un hombre realmente campechano y un buen orador.

Aquí se puede descargar el documental Marinaleda: el sueño de la tierra, que nos habla de la toma del Cortijo El Humoso por parte de los jornaleros de Marinaleda, de la lucha de más de 30 años de los jornaleros de Andalucía, del Sindicato de Obreros del Campo (S.O.C), de sus logros y del momento presente.

Para finalizar dejo un vídeo con imágenes que resumen perfectamente la historia de Marinaleda, con un temazo de El Cabrero de fondo.

lunes, 3 de enero de 2011

Estado democrático y de derecho... sólo para la extrema derecha


Cuando uno ve la televisión se da cuenta de muchas cosas. La más flagrante es que es un claro reflejo de la bancarrota cultural del sistema capitalista, pues no hay nada que encontrar, tan sólo pésimos panes y circos que ponen de relieve la simpleza intelectual del espectador medio. Desde culebrones de Telecirco de la talla de Hombres y mujeres y viceversa hasta cualquier debate político en los que siempre participan los mismos, pasando por cualquier serie aburrida de policías de un canal cualquiera y volviendo a Hombres y mujeres y viceversa, repetido de nuevo por FDF para que no nos perdamos nada.

Dejando un poco, sólo un poco, el escenario mediático de entretenimiento, el ámbito político-televisivo es tanto o más irrisorio, más que nada porque HYMYV, aparte del abobamiento y el gasto económico totalmente condenable, lo más dañino que puede producir es unas cuantas espinillas en los quinceañeros que esperan impacientes el escote de la tronista de turno; cada debate político da como resultado un obrero votante del PSOE insatisfecho, que el año que viene votará a Rajoy, ese ser humano.

Pero a lo que iba, leñe. Cuando uno hace zapping e inevitablemente da con Intereconomía (cuyo logo es cualquier dirigente de ese canal y encabeza esta entrada) se cerciora de que en España, tal y como se presume, sí hay libertad de expresión. El problema es que esa libertad de expresión está disponible en cartilla de racionamiento para repartirse de la forma más parcial posible para la extrema derecha, la derecha y la izquierdilla de toda la vida, ojo, de toda la vida: nada de cambios raros ni radicalizar discursos.

Entonces, mientras unos son silenciados, secuestrados y encarcelados por el mero hecho de hablar vasco, otros disponen de canal televiso estatal en el que pueden despotricar de cualquier manera contra cualquier cosa con total impunidad. Si se aplicaran las reglas y las leyes como se aplican a los que están en la barricada de enfrente, estos señores deberían de estar en la cárcel por varios motivos a cada cual más punible, como por ejemplo ser un retrato estético de la España cañí y carpetovetónica, pero el principal de ellos es el enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas de éste.

Estos señores humillan diariamente a las víctimas del mayor y menos aludido terrorismo de España al menos en el pasado siglo: el franquismo. Hoy, un señor de cuyo nombre no logro ni pretendo acordarme, decía algo así como que España pasa la peor época desde la Guerra Civil. Supongo que su familia será de esas pocas oligarquías chupópteras que vieron en el franquismo sus bienes bien protegidos y que la dictadura fueron días de vinos y rosas. Lástima que las familias más humildes sí la padecieran y muchas de ellas perecieren en el más triste de los olvidos...

No soy un defensor, precisamente, de ZP y de esta España charanguera y de pandereta, pues creo que es heredera del franquismo y viola diariamente todo tipo de derechos, desde políticos a laborales, pero que sí se les de voz a esos millonarios que viven del cuento y la teta para poder decir gilipolleces, mientras a otros que dirían y dicen cosas interesantes se les censura, es otro atropello más de tantos que rozan la broma cósmica. Una clara demostración de que en España sí hay libertad de expresión... Para mentir o directamente callar.

En España sólo goza de un Estado democrático y de derecho la extrema derecha y la derecha; el resto de personas están condenadas al ostracismo, a la discriminación, a la criminalización, a la censura, y cuando estas barreras no surten todo el efecto deseado por ellos, a la cárcel y a la tortura.

¿Estado democrático y de derecho? ¿Libertad de expresión? Que pregunten a los trabajadores de Egunkaria o a los escritores de Antorcha.

domingo, 2 de enero de 2011

Sobre la "democracia" mayoritaria y consensual


Tras la caída de las democracias socialistas y los autoritarismos surgidos en el siglo XX, la “democracia” burguesa de las sociedades capitalistas se erigió como el único sistema político legítimo a ojos de buena parte de la sociedad y las clases políticas. No obstante, aunque esta idea se perpetuó como hegemónica, nuestras sociedades no dejan de padecer todo tipo de conflictos, incluidos los que conciernen al ámbito político. Tanto es así que diariamente somos espectadores de un circo mediático, cuyos políticos se destapan como payasos que, como en el siglo I, tratan de distraer a la población con «Panem et circenses».

Es lógico que bajo el contexto de crisis -en todos los ámbitos- en el que nos encontramos, aflore algún que otro espíritu crítico que ponga en duda ese orden único establecido que nos llevará al matadero con él de la mano si no lo cambiamos pronto. Debemos ver, comparar y elegir el sistema democrático que creamos más justo. A continuación realizaré un breve análisis comparativo de dos modelos de "democracia" burguesa, capitalista o liberal: el modelo mayoritario y el consensual. Para ello me basaré en el profesor holandés de Ciencia Política Arend Lijphart, concretamente en su obra Modelos de democracia.

Advierto que como revolucionario no creo en ningún tipo de "democracia" en la que se le niega el poder al pueblo y en la que mandan los banqueros y demás élites privilegiadas, pero también es importante saber en qué consiste eso que llaman “democracia”, y dentro de ésta, cuáles modelos resultan más benignos, o mejor dicho: menos malignos.

Arend Lijphart distingue entre dos tipos de democracia: la democracia mayoritaria y la democracia consensual, cuyas características, muy resumidas, son las siguientes:

Democracia mayoritaria:

 - Concentración del poder ejecutivo en gabinetes de un solo partido: otorga excesivo poder al partido ganador y excluye a la minoría.

 - Predominio del gabinete: el gabinete domina claramente frente al parlamento, pudiendo así dar a lugar a la “dictadura” electiva -de la mayoría.

 - Sistema bipartidista: el poder lo ostentan hegemónicamente los dos principales partidos y entre ellos se lo alternarán temporalmente.

 - Sistema de elecciones mayoritario: produce resultados desproporcionados y suele favorecer a los principales partidos -mayoritarios.

 - Pluralismo de grupos de interés: fomenta la competencia y el enfrentamiento conflictivo.

 - Gobierno unitario y descentralizado: los gobiernos locales pueden realizar funciones importantes pero son criaturas -subordinadas- del gobierno central.

 - Concentración del poder legislativo en una legislatura unicameral: el poder legislativo debe concentrarse en una sola cámara.

 - Flexibilidad constitucional: la constitución puede ser modificada por el Parlamento mediante mayorías regulares.

 - Ausencia de revisión judicial: no existe ningún documento constitucional que posea el estatuto de “ley superior”.

 - Banco central controlado por el ejecutivo: para evitar que el banco, bajo falsa independencia, esté en manos del Gabinete.

Democracia consensual:

 - División del poder ejecutivo en los gabinetes de amplia coalición: permite a todos los partidos importantes compartir el poder ejecutivo en coalición.

 - Equilibrio de poder entre el ejecutivo y el legislativo: separación formal de poderes para que tanto ejecutivo como legislativo tengan mayor independencia.

 - Sistema multipartidista: favorece al conjunto de todos los partidos políticos, en detrimento del bipartidismo.

 - Representación proporcional: divide los escaños parlamentarios entre los partidos en proporción a los votos conseguidos.

 - Corporativismo de los grupos de interés: puede dar lugar a que los sindicatos pierdan capacidad de influir, en beneficio de las empresas.

 - Gobierno federal y descentralizado: principalmente por motivos de diversidad cultural, de idiomas, etc. entre distintas regiones del país.

 - Bicameralismo fuerte: principalmente para otorgar una representación especial a las minorías.

 - Rigidez constitucional: las enmiendas a la constitución necesitan la aprobación en un referéndum de mayoría de la población y de los políticos intermediarios.

 - Revisión judicial: el tribunal supremo se guarda el derecho a la revisión judicial en caso de que sea necesario.

 - Independencia del banco central: para potenciar la autonomía e independencia del banco central.


Lijphart identifica al sistema mayoritario como un sistema basado en la concepción clásica de democracia, en el que el gobierno representa al pueblo o a la mayoría de éste. Sin embargo, se cerciora de que este modelo, independientemente del contexto social en el que se aplique, puede ser extremadamente injusto, de manera que llegue a excluir a las minorías sociales.

En comparación con este sistema deficitario, Lijphart nos plantea el sistema consensual, basado en la proporcionalidad como característica principal de la representación política, la coalición de los líderes políticos de todos los sectores, un veto mutuo de cada uno de los sectores aplicable a las cuestiones de su comunidad e importante autonomía para el manejo de asuntos de cada comunidad.

De este modo, los sectores minoritarios de la sociedad se verían más representados y probablemente se evitarían conflictos típicos de los sistemas mayoritarios, en los que sectores pequeños -pero no por ello sin importancia- caen en la frustración y se corre el riesgo de que esa frustración se manifieste en conflictos violentos de cualquier índole, ya que “impedir que los grupos perdedores participen en la toma de decisiones es una clara violación del significado primordial de democracia”[1].

Por esto y por las razones y diferencias anteriormente expuestas, creo que, dentro de lo que cabe, es más justo el sistema consensual, no sólo teóricamente, sino aplicándolo al caso concreto del Estado Español, en el que, bajo una “democracia” mayoritaria en casi todos los aspectos, desde hace décadas sufrimos conflictos de autonomías, nacionalidades, etc. y bajo mi punto de vista, “la fórmula democrática que permitirá corregir las imperfecciones del actual sistema será aquella que surja de un Pacto Social entre las diferentes naciones”[2] que se hayan en conflicto.

Siguiendo con el caso concreto del Estado Español, en el que impera un sistema mayoritario -salvo en dos o tres puntos de los diez anteriormente expuestos como flexibilidad constitucional- que en algunos puntos sufre un déficit democrático inconmensurable, como en el sistema electoral, cuya Ley de Partidos es antidemocrática para los partidos más pequeños y además es usada por los grandes partidos “con fines electorales”[3].

Pero no sólo la izquierda está en contra del sistema mayoritario español -o de la inmensa mayoría de sus características-, sino también parte de los liberales que entienden que dado el contexto concreto español, “el gobierno de la mayoría no sólo es antidemocrático sino también peligroso, puesto que las minorías a las que constantemente se les niega el acceso al poder se sienten excluidas y discriminadas y son susceptibles de perder su lealtad al régimen”[4].

Este punto es esencialmente dramático en el caso español, ya que el viejo conflicto de nacionalidades lejos de resolverse sigue representando uno de los principales problemas del país, ya que la cerrazón gubernamental sigue haciendo de este tema el motivo de la desunión y los conflictos entre las nacionalidades del Estado,  representados incluso en forma de violencia armada. Por todo esto, tanto ayer como hoy sigue siendo imprescindible “un régimen democrático que haga hincapié en el consenso en lugar de en la oposición, que incluya más que excluya y que intente maximizar el tamaño de la mayoría gobernante en lugar de contentarse con una mayoría escasa: la democracia consensual”[5].

No sólo la economía está sufriendo una tremenda crisis, sino también la democracia y la política sufre una crisis de descrédito: según barómetros del CIS, la clase política, representa el tercer problema de España, tras el paro y la economía[6]. Este es un claro reflejo de la necesidad de renovar la democracia española, si es que alguna vez existió, y adecuarla a sus necesidades, orientándola hacia la paz, la justicia, la fraternidad y la igualdad.

Como revolucionario, insisto, no reconozco ningún tipo de democracia burguesa: creo en la democracia participativa, en la que el pueblo, el ciudadano de a pie tiene poder para tomar decisiones. Está más que demostrado que democracia y capitalismo son dos términos antagónicos y jamás podrán coexistir, de ahí nuestra lucha incesante por no reconocer, por deslegitimar ese sistema, empezando por el español, cuya historia desde finales de los setenta hasta hoy es bochornosa.

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[1] Arend Lijphart, 2000. Palabras de Arthur Lewis, premio Nobel y economicista.
[2] Rondo Igambo, Muakuku, Conflictos étnicos y gobernabilidad: Guinea Ecuatorial. Ediciones Carena, Barcelona, 2006
[3] Charla digital realizada a Javier Madrazo, ex coordinador general de Ezker Batua, en el portal del diario independiente Siglo XXI: http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/41397. Última revisión: 13 de diciembre de 2010.
[4] Análisis comparativo entre democracias consensuales y mayoritarias, Juan José Molina Gallardo, escritor, publicado en http://jjmolinagallardo.blogspot.com/2010/01/analisis-comparativo-entre-democracias.html el día 17 de enero de 2010. Última revisión: 13 de diciembre de 2010.
[5] Ibídem.
[6] Barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), octubre de 2010. http://www.cis.es/cis/opencms/-Archivos/Marginales/2840_2859/2847/e284700.html

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