viernes, 27 de abril de 2012

miércoles, 18 de abril de 2012

Andalucía: susto o muerte



Puede parecer mentira, pero ha sido hoy cuando se ha presentado un preacuerdo formal entre PSOE e IU para un futuro gobierno en Andalucía, a refrendar por los militantes de izquierdas el 24 de abril. Digo que parece mentira porque se han vertido ríos de tinta y se han desgañitado muchas gargantas opinando sobre si o si no, sin ni siquiera conocer el contenido programático de dicho acuerdo. Primera derrota, originada, principal pero no exclusivamente, por la inmensa mayoría de dirigentes que han mostrado su apoyo sin cortapisas al acuerdo de gobierno con el PSOE.

IU es una organización plural en donde se articulan distintas fuerzas de la izquierda, siempre dentro de un marco anticapitalista tal y como definen sus estatutos y sus documentos aprobados sobre Refundación y demás. El principal partido dentro de IU es el PCE, partido que se define como marxista-revolucionario. Son los dirigentes de este partido los que me preocupan y a los que va dirigido, aunque no exclusivamente, este artículo y el anterior.

Ni revolución permanente ni socialismo en un solo país: crisis permanente

La principal crisis de IU y de la izquierda en general es ideológica. Militantes e incluso dirigentes carecen de ideología y de teoría política, algo contradictorio con la propia definición de militante de izquierdas, pues la primera e indispensable tarea de éste es estudiar. Hacer un correcto análisis de la situación: de la teoría a la praxis y viceversa, de lo concreto a lo abstracto y viceversa. Un marxsita que no utiliza las herramientas del marxismo como bien pueden ser el método dialéctico o el materialismo histórico, por decir dos, difícilmente podrá dar la talla en un contexto de hegemonía cultural, política, económica y social del neoliberalismo. Aunque encabece cien manifiestaciones con una pegatina de la hoz y el martillo en el lado izquierdo de su pecho.

Son incontables las consecuencias negativas de esta crisis ideológica; desde lo general como es que la izquierda no proyecta perspectiva de alternativa, no es capaz de explicar que un recorte, un rescate a la banca o la criminalización mediática de Argentina es ideología; a lo concreto como es ver a dirigentes haciendo análisis totalmente idealistas, subjetivos, carentes de base científica y materialista en plan “los andaluces han decidido que están hartos del bipartidismo”. Este tipo de afirmaciones como la autocomplacencia en general están muy bien en determinados momentos, pero recordad, camaradas, que el comunismo es un movimiento real. Y la realidad es que entre PP y PSOE suman más de tres millones de votos e IU no llega al medio millón.

Complejos

Los medios de comunicación actuales aprendieron mucho de Goebbels y de aquello de una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad. Lo hacen constantemente, con las guerras imperialistas, con el mercado como Dios magnánimo, con la competitividad como Santísima Trinidad, etc. pero también con nosotros. Resulta curioso que cuando se trata de un tema ajeno despreciamos o, en el mejor de los casos, desconfiamos de los medios, en cambio cuando se trata de nosotros sí les hacemos caso y es ahí donde nos entran los miedos, nos tiemblan las convicciones y cedemos ante el chantaje mediático.

Uno de los éxitos de los medios de comunicación es recabar toda la responsabilidad en IU allá donde ésta tiene margen de maniobra. En Extremadura no perdió el PSOE debido a sus redes de clientelismo, su enchufismo, su corrupción y sus políticas de derechas, no; fue IU quien le dió el gobierno al PP. La peor de las derrotas es asumir los conceptos del enemigo, y eso es lo que hacen ciertos dirigentes cuando se ven en la obligación política y moral de sacrificarse en nombre del pueblo andaluz. Escuchamos consignas como “los andaluces no nos lo perdonarían”, “Andalucía nos necesita” o “salvemos a Andalucía de los recortes”.

Sin embargo, sólo el pueblo se salvará a sí mismo. Esto vale para decir que si nosotros gobernáramos España tendríamos un pueblo en la calle preparado para decirle que no a los dictámenes europeos, pero también vale para no tener que cargar con las responsabilidades de PP y PSOE y de los votantes de éstos. La política es una correlación de fuerzas. Nosotros no tenemos ni la mitad de la fuerza suficiente para salvar a nadie, aunque quisiéramos no podríamos por la correlación concreta en el Parlamento Andaluz y por el estrechísimo margen de maniobra de dicha institución. La izquierda no puede “venderse” (o pactar con el diablo) por unas migajas como si fuera el pobre Lázaro ante el rico epulón socialista. No al menos una izquierda que dice ser transformadora y en su seno yace, principalmente, el ideario marxista.

Hacer lo mejor para Andalucía

A esta premisa se aferran los defensores del pacto de gobierno. Es falaz y nos lleva a caer en lo estrictamente inmediato, es decir, nos lleva a reducir nuestra lucha por la emancipación a un par de décimas porcentuales en un Presupuesto. Esta premisa es un claro ejemplo del pensamiento hermano del economicismo: el cortoplacismo, ambos estrictamente anti-marxistas. Lo meramente inmediato nos lleva a la ruina, nos lleva a las limosnas y nos lleva a la destrucción de nuestro proyecto que es más de futuro que de presente; ya saben, aquello de abrir una brecha en el Pensamiento Único y sembrar la semilla de la esperanza.

¿Lo mejor para Andalucía es pan para hoy y hambre para mañana? ¿Qué es lo mejor para Andalucía? Todos coincidiremos en que lo mejor es que sobre ella no se cometan políticas neoliberales. Para ésto hay que construir alternativa mientras, paralelamente, se destruye neoliberalismo, es decir a los partidos neoliberales como son, con matices, PP y PSOE. Se construye alternativa organizando un frente común de una izquierda alternativa y soberana que sea capaz de construir hegemonía en la mayoría social andaluza. Se destruye neoliberalismo debilitando a sus dos facciones hasta que, convalecientes, podamos derribarlas sin que se produzca un efecto boomerang que acabe yendo contra nosotros.

Aún defendiendo el discurso de las dos orillas se debe decir que PP y PSOE no son lo mismo. Sabemos de la crudeza de los Presupuestos Generales del Estados y de los planes del PP para con Andalucía y el resto del Estado. Que gobernaran Andalucía sería lo peor que le podría pasar a esta tierra. Ahora bien, no es mucho mejor tener a nuestra tierra maniatada con migajas y con el miedo a algo peor. El resultado de las elecciones del pasado marzo se pueden resumir, a pesar de los pesares, en un “Ay Virgencita, déjame como estoy”, aunque más de uno crea que “ha llegado la hora de mojarse” porque “el pueblo andaluz ha decidido que no quiere políticas de derechas”.

Lo peor que le puede pasar a la clase trabajadora, sea andaluza o kiribatiana, es estar desarmada ideológica, política y organitivamente.

Hacer lo mejor para IU

Algunos dirigentes sólo apuntan en sus análisis que se debe hacer lo que ellos consideran lo mejor para Andalucía. Se olvidan, primero, que pertenecen a una organización política con más de 20 años de historia y, muchos de ellos, a un partido con casi un siglo de aciertos y errores, y que por tanto deben mirar, aunque sólo sea por cumplir, por el futuro de ambas organizaciones. Se olvidan, también, de que no se puede realizar una dicotomía entre lo mejor para una clase trabajadora y lo mejor para su organización. Es decir, se olvidan de que lo mejor para Andalucía está estrechamente ligado con lo mejor para IU, por aquello del proyecto futuro-cercano de alternativa frente al neoliberalismo.

Hasta aquí todo son diatribas y divagaciones, agua de borrajas si no somos capaces de sostener nuestro discurso con argumentos y datos medianamente sólidos. Cabe preguntarse: ¿están garantizando nuestros dirigentes lo mejor para nuestra organización y, consiguientemente, para el futuro de Andalucía?

De qué nos sirven los pactos (que no alianzas) con el diablo

Llueve sobre mojado cuando decimos que IU crece cuando “radicaliza” su discurso y se despega del PSOE (otra cosa es que llegado el momento no sepa administrar su crecimiento). Esto es algo irrebatible, irrefutable, incuestionable aunque al PSOE y a sectores dentro de la propia IU le duelan. Lo siento por ellos pero hay cosas que aguantan el pedregoso paso del tiempo y de la historia.

Un pacto no es una alianza, puede ser algo temporal que sirva para fortalecernos y debilitar al compañero de turno. Los comunistas luchamos por tomar el poder, esto implica mojarse, tomar decisiones. También huimos del sectarismo, del izquierdismo y, aunque tenemos un cierto desprecio por el institucionalismo burgués, no tenemos ningún problema en asumir tareas de gobierno cuando es preciso. Todos sabemos de experiencias buenas en pueblos donde la realidad de los propios partidos y del pueblo en concreto son complejas y más particulares. Dicho esto, ¿podemos sacar una conclusión positiva en general de los pactos con el diablo más allá de experiencias concretas en ciertos pueblos? No, y quien diga lo contrario miente o es un rufián.

A continuación me permito mostrar parte de un análisis realizado por Daniel Mari Ripa titulado La estaca: ¿debilitar o derribar? En el que analiza el papel de la izquierda transformadora (o al menos a la izquierda del PSOE) en el gobierno con el social-liberalismo. Son conclusiones muy generales, ya nos imaginamos que nuestros compañeros conseguirían desarrollar algunas políticas positivas, pero cabe preguntarse dos cuestiones: ¿vale la pena? ¿nuestros votantes evalúan hechos o buenas intenciones?

Cambiando el mundo desde el Gobierno: gestionando el neoliberalismo

Los gobiernos de coalición con el social-liberalismo, gestionando el sistema desde dentro, mayoritariamente han debilitado a la izquierda, electoral y socialmente. En las elecciones de 2011, la subida de las organizaciones políticas de izquierda transformadora es mayor allí donde se encuentran fuera de gobiernos y su presencia frena esa tendencia al alza. Obviamente, también existen descensos electorales al encontrarse la izquierda en la oposición (especialmente en las primeras épocas de los gobiernos social-liberales), aunque su base social no se verá tan afectada. Veamos varios ejemplos.

Esquerra Republicana (ERC), un partido catalán independentista y, cada vez menos, socialdemócrata, puso fin a décadas de gobierno de la derecha catalanista (CiU) aupando en 2003 al PSC por primera vez al Gobierno de la Generalitat, conformando, junto a ICV, un tripartito de izquierda “plural”. Había logrado sus mejores resultados desde la II República. Tanto ERC como ICV, 7 años después, habían desgastado su base social y electoral, siendo incapaces de recoger parte del descontento que Montilla y Zapatero generaban. ERC, después de obtener 544.324 votos en 2003 (16,5%, 23 diputadxs), en 2006 perdió más de 130.000 (de 16,5% a 14,05%), tendencia que se tornó en traumática en 2010, con sus peores resultados en más de dos décadas (218.046 votos, 6,95%, 10 diputadxs). Más grave, fruto de su acuerdo de gobierno, sufrió una desconexión con su base social –independentista– y padeció dos escisiones (la de Reagrupament y la del líder de la corriente interna Esquerra Independentista –Uriel Bertrán– hacia Solidaritat Catalana per la Independencia). En las elecciones municipales de 2011 ha mantenido a duras penas presencia en el Ayuntamiento de Barcelona –aliándose con la derecha de Democracia Catalana de Laporta–, quedándose fuera de Tarragona, Lleida y Girona (aquí barrida por las Candidaturas de Unitat Popular).

Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) –en coalición con Esquerra Unida i Alternativa– incrementó el número de votos tras su primera legislatura del gobierno tripartito. Como parte de su segundo acuerdo de gobierno, gestionó la Consellería de Interior, envuelta en varias polémicas por la actuación de los Mossos d’Esquadra ante activistas de izquierdas y movilizaciones estudiantiles. El resultado en las elecciones al Parlament de 2010 (7,39 % y 10 diputadxs) fue el retroceso electoral a niveles inferiores a los de 2006 (9,56 % y 12 diputadxs), pero superiores a los de 2003 (7,28% y 9 diputadxs). La caída menos pronunciada –electoralmente hablando– que la de Esquerra, podría explicarse por “el cariño” de los medios y del PSC para diferenciar entre una izquierda “buena” (ICV) y otra“mala” (ERC), que se encontraba más abiertamente compitiendo con el partido social-liberal. Y es que habitualmente la prensa social-liberal y conservadora no está “en tregua” cuando hay acuerdos de gobierno. En cualquier caso, es justo admitir que la caída de ICV y ERC no es nada comparada con la que el PSC-PSOE sufrió en 2010 (de 31,16% y 42 diputados en 2003, a 18,32% y 28 diputados en 2003).

Chunta Aragonesista (CHA) es un partido nacionalista aragonés socialdemócrata que apuesta por un Estado federal plurinacional. Entre 2003 y 2007, tras alcanzar un 15% de los votos, y tras 5 elecciones consecutivas en ascenso, comenzó a gobernar el Ayuntamiento de Zaragoza junto al PSOE de Belloch. Tras el acoso mediático de la prensa conservadora; de sufrir una oleada de conflictos internos (expulsión de sus juventudes, Chobenalla; salida de sus dos sectores críticos internos) y perder legitimidad social al gestionar la política urbanística especulativa derivada de la EXPO 2008, las elecciones de 2007 significaron la mayor caída de su historia (de un 15% a un 9% en Zaragoza y de 9 a 4 diputados en las Cortes de Aragón). Estas tensiones provocaron una desconexión entre su base social y sus gestores institucionales de la que hasta la fecha aún no se ha recuperado.

En Asturies, la coalición Izquierda Xunida-Bloque por Asturies (con Los Verdes, a partir de 2007), empujada por un notable crecimiento electoral en 2003 (de 3 a 4 diputadxs) conformó una coalición con el PSOE. Sufrieron diversos conflictos internos debido a críticas ante su gestión de gobierno (saldados con la salida del sector mayoritario del Partido Comunista de Asturias, que se presentó en Oviedo bajo el nombre de ASCIZ), o ante su postura medioambiental o de represión a sindicalistas. Así pasó de 68.360 votos (11,31%) en 2003 a 58.114 votos (9,93%) en 2007, además de desmantelar su capacidad de movilización y presión social. Su tendencia a la baja ha sido parcialmente contrarrestada por el giro neoliberal del PSOE, manteniendo sus 4 diputadxs en 2011 (61.513 votos, 10,3%), pero obteniendo casi 20.000 votos menos a nivel autonómico que municipal (80.121 votos, 13,38%).

El Bloque Nacionalista Galego en Galiza o el Partit Socialista de Mallorca (PSM-Entesa Nacionalista) –ambos, socialdemocracia nacionalista; los segundos también ecosocialistas– no tuvieron mejores resultados. Los primeros, tras varias experiencias dolorosas junto al PSOE-PSG a nivel municipal finalizaron su coalición en el Gobierno gallego con una caída de un 1,5% y 1 diputadx (del 18,7 al 16,28%; y de 13 a 12 diputadxs). En las elecciones municipales, redujeron su presencia en las 4 provincias gallegas. Sufrieron un varapalo en las grandes ciudades donde apoyaron gobiernos del PSOE-PSG (Vigo, Ourense, Santiago, A Coruña o Lugo), y subieron notablemente donde habían sido respaldados a la alcaldía por éstos (Pontevedra). El PSM-Entesa Nacionalista conformó gobierno en 1999 con el PSOE balear tras obtener el 11,7% y 5 diputadxs, en un Pacto de Progres formado junto a Els Verds de les Illes Balears-Izquierda Unida (5,5% de los votos). 4 años más tarde, en 2003, el PSOE había aumentado un 1,4% y 1 diputadx. Sin embargo, el PSM-Entesa Nacionalista bajó hasta el 7,9%, perdiendo 1 diputadx, y Els Verds-IU descendió hasta un 4,9%.”

Hemos perdido otra batalla más, y ya van..

Independientemente del resultado del referéndum a las bases y del acuerdo al que se llegue con el PSOE, hemos vuelto a perder. Y por paliza. Hemos (estamos) dado una imagen espantosa que bien la podrían haber protagonizado los políticos del PP o del PSOE. Los militantes se han sentido agraviados, insultados, y tendrá que pasar mucho tiempo, en el mejor de lo casos, para que vuelvan a recuperar la confianza en su organización y sus digerentes. Jugamos en desventaja pero no tenemos la cintura necesaria y no estamos a la altura de las circunstancias. No creo que sea mucho pedirle a un dirigente que, en vez de hablar de acuerdo hable de preacuerdo y haga especial hincapié en que IU es una organización democrática y que sus militantes tienen todo el derecho del mundo a derribar ese castillo de naipes compuesto por la supuesta estabilidad de Andalucía entre otras perogrulladas.

A pesar de todo y aunque resulta casi imposible, lo primordial ahora es mantener la calma y no caer en la trampa en la que han caído nuestros propios dirigentes, no tenemos que servirnos a nosotros mismos como carne de cañón en bandeja de plata. No hay que irritarse, no hay que soltar arengas de las cuales nos podamos arrepentir, hay que tener inteligencia política. Debates internos. Tacto. Mano izquierda. Sosiego. Todas estas cosas son compatibles con el hecho de, por ejemplo, ir a la sede provincial y decir a los allí presentes: “Si nos vendéis os quedáis sin tontos que os peguen los carteles”. Pero siempre argumentando y razonando la posición de cada uno para convencer a los demás.

Mi posición sigue siendo la de apoyar la investidura de Griñán a cambio de unos puntos programáticos y pasar automáticamente a la oposición. Creo que es lo más coherente y creo que es lo que nos refuerza más como organización alternativa y, consiguientemente, creo que es lo mejor para el futuro de una Andalucía libre de neoliberalismo. No creo que sea la opción más fácil, como apunta algún dirigente, al revés: creo que es la más difícil por, entre otras cosas, la presión mediática a la que tanto tememos. Pero es susto y no muerte como el resto de opciones. Porque la muerte lenta del que bebe cicuta y perece con la sonrisa en la boca sigue siendo muerte aunque sea “dulce”.

martes, 17 de abril de 2012

El dato del día


Ojo al dato recogido por el profesor Iago Santos Castroviejo y a su vez recogido por Alberto Garzón Espinosa en su libro "Esto tiene arreglo":

En 2008, 1.400 personas -un 0,035 % de la población- controlaban una capitalización de 789.759 millones de €, equivalente al 80,5 del por ciento del PIB de España.

En el 2006 la derecha ya gobernaba en España

lunes, 16 de abril de 2012

¿Qué hacer en Andalucía?



Desde la misma noche de las elecciones andaluzas del 25 de marzo asistimos a una tromba de opiniones e injerencias (tanto internas como externas) con el propósito de influir sobre la decisión que IU adopte ante el nuevo escenario político abierto en Andalucía. La maquinaria mediática, mayormente al servicio del PSOE, se puso en marcha desde el minuto 0 y consiguió sembrar el desconcierto y la confusión especialmente entre los militantes de IU, que han recibido más información de los medios que de su propia organización. IU perdió nada más empezar la primera batalla de la guerra de correlación de fuerzas que supone toda negociación. No sólo fue con unos resultados muy inferiores (“tan sólo” 12 diputados), sino que además fue y va atada de pies y manos.

Es en los momentos complicados como en el se encuentra IU Andalucía donde se ve la capacidad de liderazgo de cada dirigente. Una de las cualidades indispensables que tiene que tener un dirigente (o líder en una sociedad mediatizada) es la prudencia. La prudencia suficiente para que la situación no se le escape de las manos y la calma suficiente para no sembrar o permitir que se siembre el caos entre sus militantes. Sin prudencia y sin calma no se puede hacer un análisis correcto; sin prudencia y sin calma no se puede extraer la voz original de los ecos.

Dije en un anterior artículo titulado Lo que no debe olvidar IU Andalucía que la opción de pacto de gobierno con el PSOE se presentaría con más fuerza de lo que a mi juicio debiera y que de ser así entrarían en conflicto otros intereses que no permitirían estudiar con la exhaustividad que merece la ocasión las otras opciones. Tanto ha sido así que algunos han perdido el norte y como por arte de biribirloque han olvidado algunos conceptos básicos de los cuales, incluso, se consideraban rehenes.

Un dirigente -o militante- es digno de considerarse como tal cuando es capaz de sostener la misma línea política y discursiva todos los días del año; en campaña, en negociación, en oposición y en gobierno. Una organización es más digna cuanto menos distancia, en todos los aspectos, hay entre la dirección y la militancia.

La Casa Común y la Unidad de Acción de la Izquierda

El término izquierda no dice absolutamente nada si detrás de él no hay un programa y unas propuestas concretas. Decía Lenin (algunos lo seguimos reivindicando sin ruborizarnos) que a una persona de izquierdas hay que mirarle las manos, no la boca. Casi en el mismo sentido dijo ese buen hombre llamado Jesucristo que por sus actos los conoceremos.

La simbología, las siglas y las liturgias están muy bien para determinados momentos pero no dictaminan la ideología o la línea política de un partido. Lo que sí la dictamina son sus hechos, sus acciones, sus políticas concretas, hoy en día ya ni siquiera vale el programa ya que éste no representa ningún tipo de contrato con el elector, es un sucio guiñapo.

Desde tiempos inmemoriables, o lo que es lo mismo; desde que la progresía de bien ha temido un ascenso del o los partidos a su izquierda, se empezó a construir el mito de la Casa Común y de la Unidad de Acción de la Izquierda. Estas construcciones místicas vienen a decirnos en realidad algo así como que la izquierda y sus diferentes partidos deben juntarse cual refrito de siglas con tal de “parar a la derecha”. Por otro lado la perogrullada de la unidad, per se, la subscribiría toda persona de izquierdas ya que con la unidad venceremos y ante un enemigo tan ferozmente organizado no caben los egos y los purismos.

Ahora bien, estas ideas de Unidad y Casa Común son cuentos chinos principalmente por dos cuestiones de base: la primera y más fundamental es que toda Unidad de Acción de la Izquierda se debe basar en un Programa, no en cuestiones abstractas ya que los debates sobre lo concreto nos unen o nos ponen a cada uno en nuestro lugar; la segunda es que “la derecha” no es sólo quien la representa simbólicamente, es, en resumen, quien hace políticas de derechas.

Estas dos cuestiones básicas ponen de relieve la imposibilidad de formar una Casa Común y la Unidad de Acción con el PSOE, pues éste hace ya mucho tiempo que se pasó a la orilla del capitalismo, es decir de la miseria y la explotación, de esos entes intangibles hoy llamados 'mercados'. No creo necesario soltar una retahila de traiciones y políticas de derechas cometidas por el PSOE. Basta simplemente con lanzar dos preguntas al aire: ¿el PSOE está dispuesto a enfrentarse a la dictadura financiera del capital? ¿el PSOE está dispuesto a abrir la brecha o a cementarla?

No caer en la reacción

Dentro de la izquierda pecamos de algunos vicios propios de la derecha. El fascismo es la negación máxima del pensamiento. Para Franco todos eran comunistas, ya fueran socialistas, anarquistas o liberales. Hoy en día vemos cómo gente de izquierdas cae en esa misma actitud y no es capaz de vislumbrar distintos grados de derechización. A veces caemos en el error y acusamos de fascista a cualquiera que no comulgue con nuestras ruedas de molino. Eso nos pasa básicamente cuando no tenemos los argumentos suficientes como para dar la batalla intelectual. Olvidamos con facilidad que la revolución empezará cuando las mentes se despierten y piensen y que para eso es necesario que algunos sacrifiquen su tiempo y estudien mucho.

Si a estas actitudes le sumamos el ego y la pureza de la izquierda obtenemos como resultado un izquierdismo (entendiendo ésto como la enfermedad infantil que describió Lenin) muy barato y muy simplista. Personalmente siempre he sido un ferviente defensor del discurso de las dos orillas, creo que PP y PSOE están en la misma orilla, ambos son enemigos de la clase trabajadora pues ambos son partidos capitalistas o serviles al capitalismo. Ahora bien, ¿podemos decir que PP y PSOE son lo mismo? No.

PP y PSOE están en lo mismo, pero no son lo mismo. Sus diferencias en temas económicos son de escasas décimas, pero cabe recordar que un partido no son sólo sus dirigentes, sino también sus militantes y sus votantes, por ejemplo. Todos tenemos conocidos que se consideran y son, en la práctica, personas de izquierdas y votan al PSOE. Forma parte de la alienación, de la hegemonía política y cultural del capitalistmo y de sus consiguientes consecuencias; véase la Ley Electoral o el votar al caballo ganador.

Un pacto, sea con quien sea, no es malo en sí. Lo que lo califica es su contenido. Los comunistas, desde tiempos del propio Lenin buscamos alianzas y huimos del sectarismo y del izquierdismo tan común hoy en día por la falta de perspectiva. La realpolitik comenzó con el pacto de Ribbentrop-Mólotov. Ese mismo pacto fue utilizado y sigue siendo utilizado como punta de lanza hoy en día por cierta izquierda pura, pero lo cierto es que gracias a ese pacto los soviéticos ganaron la guerra y libraron al mundo de la amenaza nazi.

ni en la servidumbre

Es una lógica incuestionable: IU sube cuando “radicaliza” su discurso. Consiguió los mejores resultados electorales cuando se “separó” del PSOE, hecho que le hizo tener que soportar inefables campañas mediáticas como la de la “pinza”. Perdió cuando ella misma se creyó e interiorizó dichas campañas. Llegaron las palmas al PSOE y casi desaparece. Volvió a atreverse, aunque fuera tan sólo un poquito, y volvió a crecer. En Andalucía se juega parte de su futuro; se mostrará al resto del Estado como muleta o como alternativa. Si se muestra como alternativa seguirá creciendo y probablemente alcanzará cotas históricas. Si cae en la trampa y no se libera de sus complejos perderá o, en el mejor de los casos, se estancará.

El éxito de IU especialmente en las dos últimas elecciones (generales y autonómicas) se debe principalmente a la efectividad de su campaña, directa, frente al bipartidismo. Con una crítica no muy mordaz pero sí efectiva y constructiva IU ha sabido situarse en la otra orilla. Podemos afirmar que la mayoría de votantes de IU no quieren que gobierne el PP, pero del mismo modo podemos afirmar que la mayoría de votantes de IU no quieren regalar sus votos al PSOE del paro y la corrupción, mucho menos a cambio de nada o de migajas.

IU debe profundizar en su refundación y debe convertirse radicalmente en un proyecto federal, republicano y anticapitalista. Dicha refundación y, obviamente, dicho proyecto es incompatible con la sumisión al PSOE que supondría pactar con él a primeras de cambio. Una de las cualidades más importantes que tiene una organización política, especialmente una de izquierdas, es la coherencia entre sus palabras y sus hechos. El pueblo llegado el momento no evalúa buenas intenciones sino hechos.

Nadie puede asegurar acertar, pero sí no equivocarse

Debido a nuestro contexto político-social, IU se encuentra en una encrucijada permanente: como Paco Ibáñez, haga lo que haga lo van a considerar mal. Sin embargo, por supuesto que existen garantías para que IU no se equivoque. Lo primero es entender que se debe única y exclusivamente a sus militantes y a sus votantes. A nadie más. Lo segundo es convocar todas las asambleas abiertas y participativas posibles para, posteriormente, convocar un referéndum vinculante y limpio, sin coaccionar a nadie. En este punto los militantes deben estar a la altura y hacer oídos sordos a los cantos de sirena. Decía Diamantino, el cura de los pobres, que lo único bueno que viene de arriba es la lluvia.

La corrupción (de todos los tipos) es algo innato del sistema capitalista. Es vergonzoso y repugnable pero relativamente “normal” que a algunos dirigentes se le hagan los ojos chiribitas al divisar una consejería, un sillón y 30 segundos de protagonismo en el telediario. Es una obligación de los militantes de base marcar la dirección política de su organización. Es tarea, pues, de los militantes de base reconducir la situación y ponerle algo de sentido común al proceso abierto tras el 25-M. No valen llantos ni pataleos infantiles. No valen los “si hay pacto me salgo”. Lo que vale es opinar, hablar, escribir, moverse, intentar convencer al resto.

La tarea de la izquierda: construir hegemonía

No digo nada nuevo si afirmo que el principal obstáculo de la izquierda transformadora es quien usurpa su lugar recogiendo votos con la mano izquierda, haciendo políticas de derechas y taponando el posible auge de los que aspiran a subvertir el orden. Es decir, el principal obstáculo de la izquierda transformadora es el PSOE, primero por su condición de “caballo de Troya” y segundo porque comete políticas de derechas con el doble delito de cubrirse en unas siglas y en una historia de izquierdas. Hay que recordar que el sentimiento es recíproco y el enemigo del PSOE es IU: no cambiaron la Ley Electoral porque siempre han preferido que gane el PP a que IU suba. Sin ir más lejos, con una Ley Electoral proporcional el PP hoy no tendría mayoría absoluta.

Puede no gustar, pero lo cierto es que si IU sube lo haré “a costa” del PSOE. Hoy, la primera y más indispensable tarea de IU y de la izquierda en general en construir la hegemonía de la que hablaba Gramsci. Primero en la calle y luego, si eso, en el parlamento. Nos toca leer la situación y preguntarnos: ¿cómo construimos hegemonía? ¿cómo abrimos un proceso constituyente que desemboque en un nuevo escenario?

Daniel Mari Ripa, en un fantástico artículo publicado en El Viejo Topo 285 nos dice que el PSOE es una estaca sobre la cual tenemos dos opciones: debilitarla o derribarla. Si no se encuentra lo suficientemente debilitada e intentamos derribarla lo único que puede pasar es que se produzca un efecto boomerang que termine yendo contra nosotros. Para mí, un ejemplo de ésto último fue, o será, la decisión soberana (lo que dicen las bases va a misa) de IU Extremadura. El PSOE se debilitó pero no lo suficiente, ni mucho menos, como para darle la estocá que podría haber significado dejar que el PP gobernara.

¿Cómo debilitar al PSOE para construir hegemonía y erigirnos como alternativa? Griñán nos ha dado una pista: dice que no aceptaría sólo un pacto de investidura. Esto, para los que somos menos avispados, quiere decir que lo peor para el PSOE sería un gobierno en minoría por razones obvias. Esta opción los debilitaría mucho pero cuidado porque es posible tensar la estaca más de la cuenta y que se produzca el efecto boomerang, que es exactamente lo que pasó en la propia Andalucía años atrás. Hay que saber hasta dónde tensarla y cuándo intentar derribarla. En un gobierno en minoría del PSOE, si IU no tiene cintura, convocarían elecciones anticipadas alegando inestabilidad y, de nuevo, IU se hundiría. Primero debilitar, luego derribar.

Ahora bien, si una fuerza política que aspira a transformar la sociedad no es capaz de administrar una oposición para salir beneficado ante un gobierno en minoría, se puede retirar. Es la opción y la etapa más difícil pero IU en su historia siempre ha ganado cuando se ha arriesgado. IU tiene que volver a correr riesgos, situarse enfrente del bipartidismo para construir hegemonía y perspectiva de alternativa, salir a la calle pero también dar ejemplo en las limitadísimas instituciones.

Empezar en Andalucía

La Casa Común y la Unidad de Acción de la Izquierda son dos cuestiones imposibles de desarrollar junto al PSOE porque deben basarse en un programa alternativo y anticapitalista. No podemos caer en la reacción y beneficiar al PP con tal de perjudicar al PSOE, mucho menos podemos sucumbir ante las mieles que ofrecen los que han convertido a Andalucía en un cortijo. IU se debe a sus militantes y a sus votantes, ellos deben marcar el camino a seguir. La tarea inmediataba de IU es construir hegemonía y eso significa que no puede salvar al PSOE de la quema, sino que debe desligarse radicalmente de él.

Este conjunto de premisas o conceptos básicos simplísimos nos dicen que IU lo que debe hacer es apoyar la investidura de Griñán a cambio de unos cuantos puntos programáticos y pasar, automáticamente, a la oposición. Desde la oposición debe forzar al PSOE para que haga políticas de izquierdas y debe tener cintura y vista para que no se produzca ningún efecto boomerang. Esta es mi opinión.

martes, 3 de abril de 2012

Más que claro, el agua

La corneja vanidosa de Rajoy


(sin acentos porque tengo el teclado desconfigurado)

Cuenta una de las fabulas de las tantas educativas y didacticas del viejo Esopo, la historia de una corneja y unas aves. Zeus queria proclamar un rey entre las aves. Las convoco a todas y les dijo que elegiria a la mas bella. Todas se limpiaron y se acicalaron, pero la corneja, que era mas fea por naturaleza, se dedico a recoger las plumas abandonadas del resto de las aves. La combinacion de las plumas ajenas hizo de la fea corneja la mas hermosa de todas las aves. Llego el momento y se presentaron todas, pero la corneja deslumbraba con su plumaje robado. Tanto deslumbraba que antes de la eleccion, el resto de aves se indignaron y le quitaron una a una todas las plumas robadas. Al final la corneja se quedo en corneja.

La conclusion es clara: no presumas de bienes ajenos porque tarde o temprano se acabara descubriendo el engaño y quedaras como lo que eres.

Pues bien, nuestro Capataz Rajoy (nuestro verdadero Presidente es Merzoky) se tiro durante toda la campaña, como su homologo Arenas en Andalucia, poniendose plumas que no eran suyas. Para el colmo de muchos, hablaron de sanidad y educacion publica, de regeneracion democratica, de transparencia, de politicas de empleo, etc. No eran de derechas, mucho menos de extrema derecha, eran de centro. De centro comercial, supongo. Prueba de esto que digo es que un dia estaba en la cocina y escuchaba la radio de fondo. Sono un anuncio que hablo de lo que he dicho antes, poniendo enfasis  en la educacion y la sanidad publica. Justo antes de acabar dije "cuche que anuncio mas bonico ha hecho IU", cuando de repente suena un estruendoso "por el cambio, vota Partido Popular".

Hemos perdido el rumbo, el norte, la identidad. Hemos perdido la batalla. Basicamente por dos razones: Primero porque la derecha no tiene escrupulos y evidentemente no se le cae la cara de verguenza de prometer unos servicios sociales que el dia de mañana privatizaran. Segundo porque la izquierda ha perdido la batalla ideologica y no proyecta perspectiva de alternativa, no es capaz de hacer ver que cada recorte, cada ajuste, es ideologia, concretamente ideologia neoliberal, de derechas, las aplique el PSOE o el PP.

Rajoy hablo de lucha contra el paro pero ha recortado en mas de un 21% en Politicas Activas de Empleo. Hablo de ayudas a los parados pero ha recortado en mas de un 5% en Prestaciones Sociales a los parados. Hablo de igualdad y ha recortado mas de un 9% al Instituto de la Mujer y mas de un 21% en la lucha contra la violencia machista. Hablo de Educacion publica y de calidad y ha recortado mas del 21% en Educacion. Hablo de potenciar I+D y ha recortado un 34% en programas de Investigacion. Para que seguir...

Muy poquito ha tardado Rajoy en quedarse desplumado, desnudo, en cueros. Muy poquito hemos tardado en ver como se derrumbaban una a una todas las promesas de Rajoy. Muy poquito ha tardado la logica en imponerse. Pero la cuestion es otra. ¿Tardaran tan poquito sus votantes, o al menos los que los votaron agarrados a ese clavo ardiendo llamado alternancia, en darse cuenta de lo fea que es la corneja de Rajoy si no viste con toquillas y propuestas de otros?

Cuenta otra fabula la historia de una corneja vanidosa que tuvo la suerte de ser mas alta y mas guapa que el resto de sus compañeras. Tanto es asi que se crecio y dijo que ella ya no era una corneja, pues era mucho mas guapa que el resto. Fue en busca de nuevos amigos de su alta categoria. Dio con los cuervos que eran mas altos y volaban como el aguila. Les dijo: "yo ya no soy corneja, soy mas hermosa, quiero vivir en vuestra tibu". Los cuervos se rieron de ella, le recordaron que solo era mas que una corneja y le dijeron que se fuera. Cabizbaja regreso con los suyos y estos le dijeron: "¿que es lo que quieres? ¿no nos despreciabas? ¡vete!". Al final la corneja vanidosa vivio el resto de sus dias sola y se murio sola, en el mas triste de los olvidos.

Lo cierto es que el PP es un partido coherente porque siempre gobierna para los suyos, es decir, para esa oligarquia financiera y esa minoria social cuya riqueza es la miseria del resto. Siempre lo han hecho y siempre lo haran, pero deberian tener cuidado y no pasarse en las campañas electorales ya que no solo viven de los esbirros del capital sino de los votos de trabajadores y estudiantes que, politicamente hablando, no saben atarse los cordones ni en un dia lucido. Con esto quiero decir que lo mismo algun dia a algunos les da por pensar y ver lo evidente, lo que tienen tan cerca de sus narices.

Si a cada partido lo votaran los que son realmente representados, el PP se quedaria con los banqueros, los grandes empresarios, los terratenientes, la Iglesia y poco mas. El PSOE tres cuartas de lo mismo. La agudizacion de las contradicciones del capitalismo genera cierta agitacion. Algunos se plantean ciertas cuestiones. Tengan cuidado todas las cornejas vanidosas porque puede que se vayan desplumando poco a poco.

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