El pasado domingo, día de las elecciones -que analizaré mañana a poder ser-, sucedió una situación curiosa que se suele dar cuando a la derecha le tocas la moral. Uno se preguntó que quién ganaría las elecciones, a lo que el de al lado le respondió, literalmente, que "los fachas", a lo que el curioso que preguntó respondió que "ojalá". Acto seguido trató de justificarse -de el hecho de considerarse de los fachas, me imagino- alegando que si se hubiera referido a ellos como la derecha y no como los fachas, no habría saltado. Se pueden sacar muchas conclusiones, la más alarmante es que el franquismo sociológico está tan curtido en la sociedad que una persona normal, trabajadora para más inri, puede saltar delante del gentío y no sólo sacar pecho por considerarse de derechas, sino que además puede ponerse la camisa azul y la boina roja sin ningún tipo de reparo. De esta conclusión se puede sacar otra y es que la izquierda social o deja de tocar el violín y de una vez por todas deja el miedo (lo tiene quien no está convencido, no sólo en política) para empezar a batallar dialécticamente con las personas que le rodean, o el fascimo campará a sus anchas cada vez con más descaro. Y digo esto porque uno en su blog o en el Facebook puede ser el más revolucionario del mundo, ¿pero cuántos son capaces de llevar su mensaje a la realidad? Es más, ¿cuántos son capaces de llevar su mensaje a la realidad haciéndose escuchar aunque sea un segundo sin que los lumpen-oyentes pongan cara de póker?
Por otra parte, la reacción del derechista que se sintió agraviado, es la típica del trabajador alienado al que su padre le impuso su ignorancia política y por consiguiente no sabe qué es la izquierda, qué es la derecha, quiénes son las fachas y cuáles son las diferencias entre el PP, la conocida derecha y los fachas. Sin ir más lejos, y al pelo, hoy mismo Público recoge la ¿noticia? de que una diputada del PP de Murcia, María Dolores Bolarín, ha posado para La opinión de Murcia junto a un retrato de Primo de Rivera, paladín del falangismo y en resumidas cuentas del facherío español del que tanto ha bebido en su historia el Partido Popular, empezando por su fundador y ministro franquista, Manuel Fraga.
Obviamente no voy a perder el tiempo intentando demostrar la estrecha relación entre la derecha (hoy de centro, dicen) y el fascismo franquista. ¿Alguien cree que Fraga se sentiría ofendido si en vez de derechista lo acusan de facha? Pues eso.
Un fascista es un demócrata burgués con miedo.
ResponderEliminarDadme un Bloque Socialista fuerte y una clase obrera consciente y os transformaré a los centristas en nazis.
Bueno, me temo que te refieres a los fachas acomplejados. Hay otros -yo mismo- orgullosos de ser fachas, de Franco, del Duce y del Führer. Recuerda, estimado bloguero, que la doctrina más asesina del siglo XX fue el comunismo por goleada. 100 millones de muertos. Hitler era una monjita.
ResponderEliminarAh, y si hay que liarla parda de nuevo, la liamos. Y volveremos a vencer.