martes, 10 de enero de 2012

Panphagia protos y la memoria


La democracia española es muy rara. Tiene características y peculiaridades insólitas dignas de estudio, supongo que será por aquello de que Spain is different. En cualquier caso, sí, definitivamente a los españoles tienen que echarnos de comer aparte. Dice el profesor Juan Carlos Monedero en su libro sobre la Transición que los padres de ésta deberían cambiar el “hicimos una gesta maravillosa” por un modesto “hicimos lo que pudimos”. Yo no estoy del todo de acuerdo, pues deberían cambiarlo por un “hicimos lo que nos salió de las narices”. Digo esto porque de aquellos polvos estas ciénagas. Aunque también es verdad que lo nuestro viene de más lejos, de siempre hemos sido un país de “perezoso mentales” como dice Julio Anguita. Y un perezoso mental no puede rebelarse, no puede decir “no me da la gana” porque escucha tiros, sí, pero no sabe por dónde le vienen, por lo tanto es ninguneado.

El otro día salió a la luz la noticia de que la justicia argentina investigará o al menos pretende investigar los crímenes del franquismo. Tienen que venir de las Américas, tierras que por cierto saqueamos los españoles durante 500 años en nombre de Dios y la Patria, a intentar poner un poco de orden en nuestros desaguisados políticos, jurídicos y... morales. Y mientras tanto Garzón, que ha sido el único juez que ha intentado hacer lo propio, casi en la clandestinidad, como si fuese Josu Ternera. Fíjense, por cierto, cómo somos los españoles que queríamos vaciar el río de la Plata por llamarse de manera tan suculenta. Qué nos vamos a pedir si tenemos como próceres a genocidas como Cristóbal Colón...

Será la costa, esa en la que hoy viven sinvergüenzas como Matas o Fabra, será el sol, el sur o los borbones, pero sí, definitivamente Spaint is different. Ayer saltaban todas las alarmas: la salud de Fraga, insigne padre de nuestra democracia, empeoraba y aunque no lo dicen porque está feo decirlo, está con un pie aquí y otro allí. Dejad de escuchar a Los Chikos del Maíz, no saquéis el cava malditos, sacad los rosarios, metedle cinco duros a San Pancracio en el dedo y rezad cinco Ave Marías. Nos debemos en cuerpo y alma a los padres de la Constitución, ergo de la democracia, por lo que no exagero si afirmo sin vacilación de ninguna índola que con Fraga morirá un cachito de nosotros los demócratas en él. Ya nos lo repiten los medios vaya que se nos olvide: líder carismático, padre de la Constitución, demócrata convencido.

Hay una viñeta muy graciosa de no sé quién en la que uno le pregunta a otro: ¿Y usted qué ideas va a tener en el pasado? Pues ese es, señoras y señores, el resumen de lo que fue esa Transición que se nos presenta como el paradigma pero que en realidad fue, principalmente, un remiendo que permitiera cambios de chaqueta y de careta. El gatopardismo materialista: cambiar todo para que nadie cambie. Es en este contexto en el que nuestro compañero Fraga pasa de ser ministro de la Gobernación franquista y Vicepresidente segundo del Gobierno franquista (responsable de matanzas como las de Vitoria del 76) a un demócrata de toda la vida al cual todos debemos rendir culto o, cuanto menos, desearle lo mejor. Y si no lo hacemos somos unos violentos extremistas. Él un demócrata y nosotros unos violentos extremistas. Eduardo Galeano ve el mundo patas arriba. Otro trasnochado.

Qué pena no poder decir que con Fraga morirán los resquicios del franquismo, ¿verdad? Qué pena que la herencia franquista sea tan inmensa que permanecerá, con buena salud además, en las instituciones y en la sociedad española hasta nuevo aviso, ¿verdad? Una pena, pero es lo que le toca a un pueblo sin memoria. Y lo más temible es que un pueblo sin memoria no sólo cambia a villanos por héroes y viceversa, sino que está condenado a repetir su historia. Historia que nos dejó una guerra civil consecuencia de un golpe de estado fascista y una dictadura del mismo carácter que asoló España durante cuarenta años, por mucho que el pensador orgánico de UPyD, Álvaro Pombo, otro que tal baila, diga lo contrario.

Manuel, es lamentable que nadie te juzgara en su momento, lo bueno es que el juicio más importante es al que te somete tu conciencia en el umbral de muerte. ¿Te acuerdas de Pedro María Martínez, Forjas Alavesas, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso, José Castillo, Bienvenido Pereda y los otros obreros a los que disparasteis a matar? Sé que no, pero para eso estamos nosotros aquí, para que ejercitéis vuestra sucia y selectiva memoria.

Ángel de la Cruz, estudiante de Ciencias Políticas y de la Adminitración y concejal de IU. cincuentaytresdias.blogspot.com - @angeldelacruziu

http://www.larepublica.es/2012/01/panphagia-protos-y-la-memoria

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