"Nadie se hace rico con su propio dinero" (Frank Seymon)
Fue interesante ver las distintas reacciones ante el encumbramiento
de Amancio Ortega como hombre más rico del mundo. No me refiero tanto a
quienes se sintieron parte de la hazaña (al ser elevado a héroe nacional
hay un poco de todos nosotros en él), sino a quienes se indignaron, no
sin razón, al tratarse de un tipo que se sirve de esclavas de 13 años en
Bangladesh. Cómo se reiría si os leyera. Porque Amancio es como el
gánster de True Detective II: un capitalista que ha leído a Marx y al
venir de abajo sabe que no hay margen para cuestiones morales: o comes, o
te comen. Por eso el cine negro (de izquierdas por definición según el
columnista de El Mundo Raúl del Pozo) y de mafias es la máxima expresión
del funcionamiento del poder económico. "No hay riqueza inocente", dijo
el recientemente fallecido Rafael chirbes.
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