La coalición Unidos Podemos
compite contra sí misma, ya que el bloque dominante no es capaz de presentar
nada nuevo. Partiendo de esto, la ilusión movilizadora de militantes y
simpatizantes que sean capaces de llegar a gente hasta el momento ajena, será
la clave. Por ello, si eres de Unidos Podemos y por algún motivo quieres que Unidos Podemos
pierda las elecciones, basta con seguir estos cinco humildes -e irónicos-
consejos. Si eres disciplinado y consigues que así se dieran los resultados,
siempre puedes decir que tú ya te lo venías venir.
1. Luces cortas. Desecha cualquier
estrategia a medio y largo plazo. Quédate en el cortoplacismo electoral y asume
sus distintas e inevitables consecuencias. No existen los grandes proyectos, se
acabaron las grandes narrativas, también en el ámbito de la política vive al
día y no alces la vista mucho más allá; lo importante son las elecciones, pero
sin enmarcar éstas en un proyecto estratégico mucho más amplio y sin tener en
cuenta elementos infantiles como la crisis de régimen o la construcción de un
bloque social hegemónico.
2. Prioridades. Las elecciones son
importantes, pero sus triquiñuelas burocráticas, jurídicas o personales son aún
más importantes. El objetivo no es la transformación social, o en caso de que
lo fuera, debe quedar supeditado a, por ejemplo, las listas electorales. Si no
es tu amigo o alguien con el mismo carné que tú el que, aun asumiendo un mismo
programa, consigue un objetivo político compartido, no sirve de nada. Además,
el hecho de que otro asuma lo que tú llevas diciendo mucho tiempo no es un
éxito sino un fracaso, o algo mucho peor: un plagio de ese otro. No olvides
que, en el fondo, no aspiras a construir una mayoría social con todas sus
contradicciones sino a formar parte de una selecta élite con las ideas
correctas. Consuélate con lo que dijo Godard: una minoría con las ideas
correctas no es una minoría, aunque sea objetivamente tu «momentum».
3. Banderas. Dentro de los elementos
importantes en un proceso electoral -algunos citados anteriormente- llevar la
bandera más grande es uno de los requisitos imprescindibles. El objetivo no es
que una mayoría social haga suyo tu programa y tus valores, sino tus símbolos.
Lo importante no es el contenido, sino el continente. Quizá esto sea algo más
propio de la posmodernidad -la pose, el plástico- que de la historia del
movimiento obrero, pero cíñete a lo importante: la hegemonía se construye llevando
más banderas que nadie aunque supuestamente te dirijas más allá de los ya
convencidos, pero esto merece un comentario aparte. Llegados a este punto, es
importante que te ofendas y hagas un paralelismo con la estrategia carrillista-posibilista
de la Transición, aunque no tenga nada que ver una cosa con la otra, ni el
contexto histórico. Si eres marxista, andaluz por ejemplo, olvida que tu
objetivo no es ser ni la izquierda ni el cambio, sino Andalucía; déjale la
bandera andaluza, de izquierdas como el andalucismo en su conjunto por
cuestiones históricas, a los terratenientes.
4. Discurso. No hay ni crisis de
régimen ni de hegemonía: los que mandan pueden mandar como antes y los
dominados quieren ser dominados como antes. Las objetivas quizás sí, pero las
condiciones subjetivas no existen para que una mayoría social con sensibilidad
constituyente pero sin un arraigo ideológico sólido pueda erigirse en sujeto
histórico-político. Dirígete a los ya convencidos, a los que no son unos
borregos que, tontos ellos, no se identifican con tus símbolos. Da igual que
objetivamente sean tus compañeros porque sufren las consecuencias de una crisis
que no han provocado ellos, son unos desclasados que no merecen el respeto y el
trabajo de una élite intelectual tan selecta como a la que perteneces. Como
mucho dirígete a los votantes de izquierdas del PSOE.
5. Trabajo. Es importante que
desde el inicio de la campaña –a ser posible desde la precampaña- intentes
buscar el máximo número posible de errores y limitaciones, maximices los roces
inherentes no solo a un proceso electoral sino a cualquier colectivo humano
compuesto por gente que, aun asumiendo el núcleo del proyecto conjunto, son
diferentes. Recuerda las prioridades. Si por azares de la vida no te avala la
experiencia y no tienes demasiados resultados en tu mochila, cuestiónalo todo e
incluso da lecciones desde la Atalaya a quienes se mojan y encima parecen
acertar, aunque sean tus compañeros elegidos mayoritaria y democráticamente. Concretamente
en lo electoral, nadie sabe más que tú; mucho menos los que estudian y se
dedican a ello.
sublime xD
ResponderEliminar